Aunque las diversas escuelas de misticismo oriental difieren en muchos detalles, todas ellas resaltan la unidad básica del universo , y esto constituye el reago central de sus enseñanzas. Para sus seguidores - ya sean hindúes, budistas o taoístas- la meta más elevada es llegar a ser conscientes de la unidad e interrelación mutua de todas las cosas, tracendiendo la noción de ser un individuo aislado, e identificándose a sí mismos con la realidad última. La aparición de esa conciencia - conocida como iluminación- no es sólo un acto intelectual, sino que se trata de una experiencia que afecta a la totalidad de la persona y cuya naturaleza es definitivamente religiosa.
Y ése es el motivo por el cual la mayoría de las filosofías orientales son esencialmente filosofías religiosas.
Desde el punto de vista oriental, la división de la naturalesa en objetos separados no es algo fundamental y cualquiera de tales objetos posee un carácter fluido y siempre cambiante. Así, el concepto oriental del mundo es intrinsecamente dinamico y entre sus rasgos esenciales se encuentran el tiempo y el cambio. El cosmos es considerado una realidad inseparable- siempre en movimiento vivo, organico, espiritual y material al mismo tiempo.
Dado que el movimietno y el cambio constituyen las propuedades esenciales de las cosas, las fuerzas que causan el movimiento no están fuera de los objetos, como ocurria en la concepcion de los clasicos griegos , sino que son una propiedad intrinseca de la materia. Del mismo modo, la imagen oriental de la divinidad no es la de un gobernante que dirige al mundo desde lo alto , sino la de un principio que controla todo desde dentro:
Aquel que habita en todas las cosas,
y sin embargo es diferente a ellas,
a quien ninguna cosa conoce,
cuyo cuerpo son todas las coss,
que controla dtodo desde dentro.
El es tu alma, el Controlador Interno,
el Inmortal.
Brihda-aranyaka Unpanishad 3.7.15.
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